Lo primero que necesitamos es definir bien qué es la potencia energética o eléctrica de un hogar. Podemos decir que se trata de la cantidad de kilovatios (kW) que se están consumiendo a un tiempo en la red eléctrica. Cuando sobrepasamos el límite que tenemos en contrato, es cuando saltan los diferenciales y debemos apagar alguno de los aparatos que tenemos funcionando para recuperar la corriente eléctrica.
Antes de evaluar si necesitas contratar potencia de más, debes estar seguro y saber si realmente es lo que precisas. Por otro lado, contratar de menos puede suponer un verdadero problema en una casa en la que conviven varias personas ya que impide realizar las tareas habituales con normalidad.
El coste por la potencia es un pago fijo que se hace al mes y que es independiente del consumo. Por eso, es fundamental ajustar bien la potencia que vas a contratar. Es importante saber que el consumidor puede variar la potencia de su hogar, pero solo una vez al año y que, además, el cambio puede conllevar costes en concepto de enganche y, si procede, de acceso y extensión.
También hay que tener en cuenta que si se tiene la tarifa regulada PVPC (conocida anteriormente como de último recurso), no se puede contratar una potencia superior a los 10 kW. De hacerlo, se pasaría obligatoriamente al mercado libre.
¿Cómo sé que tengo poca potencia contratada?
Saberlo es muy fácil, si te está saltando el ICP con mucha frecuencia y te ves obligado a desenchufar cosas para poder restaurar la corriente eléctrica, significará que vas corto de potencia. Esto va a afectar a los quehaceres de tu día a día, ya que, si no puedes hacer cosas tan sencillas como; encender la cocina, la campana extractora y el horno al mismo tiempo, (algo normal en una casa en la que se cocina para varias personas), tu calidad de vida se verá afectada.
No se trata de enchufar todo en el mismo momento, pero es cierto que hay ciertas cosas que es necesario utilizar a la vez con frecuencia. Para ello lo más recomendable será subir la potencia media que tienes contratada.
¿Qué aparatos eléctricos tienes en el hogar?
Esta es una pregunta importante. No es lo mismo un hogar en el que la cocina y el horno sean de gas y la calefacción de gas o de gasóleo que un hogar en el que todo sea eléctrico. En el primer caso, si se trata de un apartamento con los electrodomésticos habituales, es posible arreglarse con una potencia media o baja, mientras que si todos son eléctricos, la contratación de una potencia más alta será imprescindible.
Si no sabes cuanto usan de tus aparatos, te contamos el consumo medio de potencia de los electrodomésticos más utilizados:
- Calefacción eléctrica: Entre 1 y 2,5 kW. (Si es de bajo consumo puede ser de 0,8 kW)
- Lavavajillas, lavadora y horno: Entre 1,5 y 2,2 kW cada uno.
- Vitrocerámica, aire acondicionado o microondas: Entre 0,9 y 2 kW cada uno.
- Frigorífico: 0,30 kW de media.
- Televisión: 0,25 kW de media.
¿Cómo sé si tengo contratada mucha potencia?
Para saberlo tienes que hacer el cálculo de las necesidades de potencia que tienes en tu hogar. Únicamente necesitas saber qué electrodomésticos enciendes al mismo tiempo y saber si es posible usarlos sin que esto suponga problemas para tu vida cotidiana.
Una vez sepas qué necesitas utilizar a la vez, tienes que hacer la suma de sus requerimientos de potencia para saber, siempre aproximadamente, cuánta potencia necesitas. Si tienes contratada una potencia superior puedes bajarla o subirla según tus intereses.
Sin embargo, debes de tener cuidado. Si bajas demasiado la potencia y luego necesitas subirla, tendrás que esperar al próximo año y pagar de nuevo el coste del enganche, por lo que tu ahorro podría esfumarse.
Algunos trucos que te pueden ayudar
- Si te salta constantemente el ICP, estudia si es posible no conectar a la vez todo lo que estás conectando. Tal vez puedes poner la lavadora a otra hora o no necesites conectar lavadora y secadora al mismo tiempo. Si ves que puedes llevar a cabo estos cambios sin que resulten incómodos para la familia, ahorrarás la subida de potencia.
- Del mismo modo, si quieres ahorrar bajando la potencia, puedes probar a limitarte lo que podrías utilizar al mismo tiempo con la potencia que quieres contratar, antes de hacerlo. Tal vez descubras que habías puesto el listón demasiado alto y prefieras no recortar tanto o incluso no recortar en absoluto.
- Si vas a reformar tu cocina o la instalación de tu calefacción prueba a instalar aparatos de bajo consumo. Verás como sus requerimientos no son tan altos y que seguramente no necesites aumentar la potencia energética como creías antes de insertar dichos dispositivos.