Cuidar lo que comemos es clave para mantenernos saludables, y una de las mejores herramientas para lograrlo son las etiquetas de los productos. Sin embargo, no basta con mirarlas: es fundamental entender lo que nos dicen para tomar decisiones informadas y evitar ingredientes que puedan perjudicar nuestra salud.
¿Qué debemos buscar en las etiquetas?
- Azúcares añadidos: Su consumo excesivo está ligado a problemas como obesidad, diabetes y enfermedades cardíacas. Las etiquetas nos permiten identificar cuántos gramos de azúcar contiene un producto y si está en formas disfrazadas como «jarabe de maíz» o «dextrosa».
- Sal o sodio: Una dieta alta en sal puede provocar hipertensión y otros problemas cardiovasculares. Al revisar las etiquetas, busca productos bajos en sodio, ya que la OMS recomienda no superar los 5 gramos de sal al día.
- Aceite de palma: Presente en muchos ultraprocesados, está relacionado con el aumento del colesterol LDL (colesterol malo) y la deforestación. Elegir productos sin este ingrediente beneficia tanto nuestra salud como el medio ambiente.
Cómo convertir la lectura de etiquetas en un hábito saludable
Para tomar mejores decisiones, es útil:
- Elegir listas de ingredientes cortas y claras, ya que indican menos procesamiento.
- Revisar los valores diarios recomendados para controlar las porciones.
- Evitar ingredientes que no reconocemos o que sabemos que son dañinos.
Un seguro de salud, tu aliado para el bienestar integral
Leer etiquetas y cuidar nuestra alimentación es un paso crucial para prevenir enfermedades. Sin embargo, mantenernos saludables requiere un enfoque integral. Contar con un seguro de salud complementa estos esfuerzos al garantizar acceso a chequeos, diagnósticos tempranos y tratamientos necesarios.
Además, muchas pólizas incluyen asesoramiento nutricional y programas de prevención, ayudándote a fortalecer tu estilo de vida saludable.