La sequía un fenómeno que no solo afecta a nuestro planeta, también a nuestra salud

Uno de los temas que protagoniza cabeceras digitales, post en redes sociales y las piezas audiovisuales de las principales cadenas televisivas es la sequía. Las restricciones de uno de los bienes más preciados y ahora escaso, el agua, son una realidad en muchas comunidades autónomas y un hecho que se va a ir extendiendo por el territorio conforme avancen los meses y entremos en los meses de verano.

Un fenómeno que pensamos que únicamente influye en la naturaleza y que por ello únicamente impacta en el Medio Ambiente, pero estas ideas están muy lejos de la realidad por todos los argumentos que a continuación vamos a analizar.

Uno de los más importantes es el impacto negativo que la sequía tiene para la salud, principalmente en el aumento de la incidencia de las múltiples afecciones que están relaciones con la contaminación atmosférica y las alergias. La falta de lluvias afecta a la calidad del aire que se sobrecarga de polen y partículas contaminantes. Además, hace que los pólenes sean más agresivos y por tanto los episodios de alergias y la problemática en las enfermedades respiratorias crónicas aumenten.

Por otra parte, la falta de lluvia hace que las partículas que se emiten a la atmósfera por agentes externos como pueden ser industrias, vehículos, las calefacciones de los hogares, etc; no sean arrastradas o depuradas por el agua que cae del cielo y por eso queden suspendidas en el aire irritando las mucosas respiratorias e intensificando los síntomas de las personas alérgicas.

Población anciana e infantil una de las más vulnerables ante la sequía

La población más anciana es especialmente vulnerable a estresores ambientales y climáticos dada su mayor susceptibilidad, mayor riesgo de deshidratación, mayor prevalencia de enfermedades, etc; sobre todo, si sufren enfermedades crónicas, como la diabetes, enfermedades cardiovasculares, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) o asma. Una extremada sequía puede empeorar el estado de estas enfermedades, si los pacientes no pueden hidratarse adecuadamente o el agua no tiene la calidad adecuada.

Respecto a los menores, son más propensos a jugar al aire libre, lo que significa que su exposición a los efectos del sol y la mala calidad del aire es más elevada por lo que normalmente sufren más problemas respiratorios o incluso diarreas.

Por eso hay que tener en cuenta que el agua es un alimento esencial en nuestro día a día, pero aún más importante es para las personas que forman parte de estos núcleos de edad, a los que hay que prestar atención.

Otro de los órganos que se está viendo mayoritariamente perjudicado por este fenómeno es la piel. Las enfermedades dermatológicas se intensifican con la sequía, especialmente la dermatitis seborreica y la atópica. La mayoría de órganos, como están dentro del cuerpo, reciben la cantidad que necesitan de agua y se hidratan, pero la piel está en contacto con el exterior, por lo que el agua que le llega se evapora. Entonces, cuanto más seco es el clima, más rápido se evapora el agua de la piel. El principal efecto de esta deshidratación es un peor funcionamiento de la piel, ya que todos sus procesos se ralentizan y se regenera mucho más lentamente, por lo que además empeora cualquier patología asociada. Por lo que hay que tenerlo en cuenta y ponerle solución ya que no se trata únicamente de un problema estético, sino que puede afectar a otras funciones como la síntesis de vitamina D, que puede afectar a los huesos, al estado de ánimo, al corazón, etc.

Con todos estos argumentos y razones que ligan la falta de agua con los problemas de salud debemos poner atención a este problema medio ambiental que ya es una realidad y que se agravará si la ciudadanía no ponemos en marcha políticas restrictivas de forma voluntaria en nuestros hogares para no malgastar agua y no sufrir las consecuencias de la escasez extrema en un período corto de tiempo.

¿Se te ocurre cómo podemos hacerlo? ¿Tienes alguna clave para el ahorro de agua en tu hogar?