La mayoría de las enfermedades y afecciones bucodentales comparten factores de riesgo asociados a un estilo de vida modificable, como puede ser el consumo de tabaco, alcohol, dietas con excedente de azúcares, etc. Es importantes resaltar que la mayoría de las enfermedades bucodentales se pueden evitar con una buena higiene dental y acudiendo al dentista una vez cada seis meses, un objetivo que se puede cumplir si cuentas con un seguro dental que garantice que puedas realizar las visitas de forma regular y controlada a estos profesionales.
Muchas personas no les dan la importancia suficiente a las revisiones dentales, lo que supone un importante riesgo para la salud. En los controles periódicos de la boca se detectan caries y se analiza el nivel de placa y la salud de las encías. Además de los controles pertinentes también es importante realizar limpiezas dentales para eliminar el sarro y, así, prevenir infecciones y enfermedades periodontales como la gingivitis o la periodontitis, unas de las más comunes.
Aquellos pacientes que retrasen una endodoncia u otra cirugía importante se pueden enfrentar a graves problemas de infección o fracturas que pueden derivar en una pérdida definitiva de la pieza dental. Por tanto, en tu calendario médico no debes dejar pasar de largo la cita al dentista y así cuidar tu boca y prevenir afecciones que puedan derivar en problemas de mayor gravedad.
Vamos a analizar las enfermedades dentales más comunes…¿Sabes cuáles son?
- Mal aliento o halitosis: Habitualmente se debe a alguna afección bucodental, ya sea de los dientes, de las encías o incluso puede estar causado por la lengua o la falta de saliva.
- Caries dental: Afecta casi al 100% de la población adulta. Es una enfermedad bucodental producida por la presencia de microorganismos en la placa que se acumula en la superficie de los dientes. Estos microorganismos metabolizan los azúcares, convirtiéndolos en ácidos que debilitan el esmalte dental y por tanto le dejan expuesto a sufrir caries. Si la caries es muy grave habrá que hacer un empaste o incluso una endodoncia. Si ni siquiera así se puede solucionar, habrá que extraer el diente dañado.
- Gingivitis: inflamación de las encías que las hace sangrar a veces de manera espontánea o mayormente cuando nos cepillamos los dientes. También puede producir mal aliento y si no se cura, pasará a ser una periodontitis. Esta reporta mayor gravedad ya que afecta al hueso y los tejidos alrededor del diente, que se inflaman, la sujeción del diente pierde eficacia y puede terminar cayéndose.
- Úlceras bucales o aftas: Pueden ser blancas o con los bordes enrojecidos y normalmente aparecen en la boca, pero también bajo la lengua o en la parte de atrás de la garganta. No son contagiosas, y suelen aparecer más en niños y adolescentes causadas por problemas inmunológicos, bacterias o virus. Pero también por estrés o incluso hormonas. En general se curan solas como mucho en dos semanas, aunque hay pomadas y otras soluciones que se pueden adquirir en una farmacia y te ayudarán a sobrellevarlas mejor. En cualquier caso, si persisten más allá de ese tiempo, hay que ir al dentista.
- Hipersensibilidad dental: Hace que cuando tomas algo frío o caliente o unos simples dulces, sientas dolor. También puedes sentir molestias al cepillarte los dientes. O incluso al respirar por la boca cuando es invierno. Es fundamental visitar al dentista para que determine si tienes alguna dolencia en las encías o si estás llevando a cabo un cepillado demasiado agresivo que haya podido provocar que se haya desgastado tu esmalte.
- Traumatismos dentales: Se entiende por traumatismo dental cuando ya sea por una caída o cualquier otro motivo se produce una fractura en el diente. Lo pequeña o grande que sea determinará su tratamiento, que puede ser desde reconstruir el diente a aplicar un relleno o directamente poner una corona.
Estos son los más comunes, la mayoría producidos por falta de cuidados o prevención, por ello es vital acudir al dentista de forma regular y garantizar que una de las partes más importantes de nuestro cuerpo goce de salud y no afecte a otros órganos. Aunque no lo creas tener una buena salud bucodental puede evitar que padezcas otras patologías o afecciones.
La clave la tienen siempre los profesionales de este campo, y como ya te hemos contado en otras ocasiones el seguro dental de ASISA tiene el mejor cuadro médico y también las mejores coberturas y garantías para ti y tu familia.