Un test de velocidad de fibra o de ADSL es tan sencillo como utilizar una aplicación o una Web para enviar y recibir datos. El primer paso para el programa, es conocer el peso de los archivos, después este calcula el tiempo que ha tardado en enviar o recibir los datos, de esta manera, puede indicar la velocidad.
Los test más avanzados son capaces de calcular el retardo, o ping y también la estabilidad de la conexión, comprobando si parte de la información puede haberse perdido al ser enviada o recibida. En principio, todos los test deben ser fiables cien por cien, pero en realidad no es así, debido a las circunstancias de la medición, algunas de las cuales no están en nuestras manos.
Es importante tener en cuenta que el test utiliza un servidor para enviar y recibir la información de prueba. Si el servidor está saturado, dará datos erróneos, ya que este irá más lento, aunque, debes saber que la velocidad no tiene nada que ver con la conexión. Es un detalle que no está en nuestras manos, para evitarlo, lo único que podemos hacer es no realizar test en horas puntas o usar medidores que no sean excesivamente utilizados por el resto de usuarios.
Entre los factores que sí dependen de nosotros están los siguientes:
1. Comprobar bien las unidades de medida
Si quieres conocer la velocidad de tu conexión tienes que tener claro qué unidad de medida utiliza el medidor. Una confusión habitual es confundir Mb/s, la medida más utilizada, con Mbps, que todavía se utiliza en algunas aplicaciones. 1 Mb/s es lo mismo que 8 Mbps, por eso, si leemos la información en Mbps y creemos que se refiere a Mb/s, pensaremos que la conexión va más rápida de lo que en realidad funciona.
2. Evitar que haya otros dispositivos conectados a la red
Si en tu hogar hay varios aparatos conectados a Internet al mismo tiempo, la medición tampoco será exacta así que asegúrate que no hay nada conectado antes de empezar con las mediciones para que esta sea totalmente exacta.
3. Conecta tu ordenador mediante cable
Aunque puedes realizar la medición vía WiFi, suele ser común perder un poco la velocidad por este método, así que si quieres obtener una lectura exacta, es preferible que se lleve a cabo la conexión por cable.
Tu test paso a paso
Tras haber tomar estas precauciones básicas, vamos a explicarte cómo puedes realizar un test de velocidad, un proceso realmente sencillo que te llevará a penas unos minutos.
Paso 1: Escoge el test que vas a utilizar
Lo más habitual es utilizar el de tu compañía de Internet suele estar disponible en su página web, pero puedes escoger cualquier otro de los que encontrarás en la red. También puedes hacer dos test diferentes para comparar resultados y ver si realmente son fiables.
Hoy día, muchos usuarios recomiendan diferentes test de velocidad, así que puedes utilizar el que te transmita mayor confianza y compáralo con el de tu compañía. El de Vodafone, concretamente, tiene muy buenas valoraciones de sus usuarios, además, ofrece resultados muy exactos.
Paso 2: Sigue las instrucciones
No suelen ser complicadas, únicamente debes asegurarte que no estás descargando nada durante el análisis y seguir los pasos que te indican desde el sitio web. Normalmente es tan sencillo como darle a un botón, y dejar que el programa empiece a enviar y recibir datos para llevar a cabo la lectura de los mismos.
Al final obtendrás un un resultado de subida y otro de bajada, entonces tendrás la lectura de tu velocidad. Si realizas un segundo test, comprueba los resultados, lo habitual será que sean similares si has escogido programas de confianza.
Paso 3: Cómo actuar si hay un problema
Si el resultado del test te dice que la velocidad de tu red es inferior a la que tu compañía te prometió, te aconsejamos que realices mediciones en diferentes horarios. Si siempre se encuentra por debajo de lo indicado, contacta con la compañía para saber si hay algún problema con la línea y cómo debes solucionarlo.
Los especialistas te ofrecerán varias soluciones, una de las más habituales, es renovar el router por otro más moderno para tener mayor velocidad. Sin embargo, debes tener en cuenta que en algunas ocasiones el contrato de tu ADSL o fibra indica la velocidad máxima que puedes recibir y no la real, por eso te recomendamos mirar siempre qué te ofrecen realmente antes de cerrar el contrato.
La fibra suele tener ventajas respecto al ADSL, tanto en velocidad como en seguridad, por eso, si en tu zona de residencia existe esa posibilidad, tu compañía te ofrecerá la opción de cambiar a fibra, de este modo, disfrutarás de una conexión más rápida y estable para tu hogar.
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