Las ventajas medioambientales y económicas de la energía solar son por todos conocidas: ahorro en el precio de tu tarifa de la luz, reducción de costes energéticos y emisiones de CO2, aumento del valor de tu vivienda… pero puede que, a pesar de que todo parece que son ventajas, la falta de información sobre la inversión te esté frenando a dar el paso.
Los costes a la hora de realizar una instalación fotovoltaica van a depender del consumo que necesite tu hogar. Nada tiene que ver con el tamaño de tu casa, sino con el uso energético que hagas. Así que el presupuesto será personalizado y deberá tener en cuenta tus necesidades. Por ejemplo, para un consumo bajo de <2000 kWh bastará con entre 2 o 4 placas solares, mientras que con un consumo medio/alto de en torno a 6000 – 8000 kWh, ya estaríamos hablando de entre 10 y 15 placas.
Por otro lado, a parte del consumo, hay que tener en cuenta la necesidad o no de tener baterías. Habrá casos en los que las baterías nos puede ofrecer una serie de ventajas, pero en otros casos será un complemento absolutamente indispensable, como es en el caso de que nuestra vivienda esté aislada y no cuente con ningún otro tipo de suministro eléctrico. Ya que la función de las baterías solares es la de acumular el excedente de la electricidad que generan las placas solares, de forma que la puedas usar en los momentos en que las placas no están produciendo energía como, por ejemplo, durante la noche.
Sea cual sea la inversión que necesites hacer, lo que es importante es saber que está se puede amortizar en pocos años. Desde el primer mes lo notarás en tu factura. En una estimación media podríamos decir que normalmente estaremos ahorrando en torno a un 60% de la factura de la luz con soluciones de autoconsumo, por lo que se podría recuperar la inversión a partir de los 7 años. Por otro lado, no debes olvidar que puedes optar a determinadas ayudas. En estos casos, el tiempo de amortización se podría reducir hasta la mitad y recuperar la inversión en unos 3 años.
En cuanto a la vida útil de los diferentes componentes, unas placas solares estarían sobre los 25 años. Mientras que, en el caso de las baterías estas pueden ser de diferentes tipos y con una durabilidad distinta. En el caso de las baterías solares monoblock (entre 4-5 años), las baterías para placas solares AGM (5-10 años), las baterías estacionarias (unos 15 años), las baterías de gel (sobre unos 12 años) y las baterías de litio (unos 20 años aproximadamente).
Por eso, tanto a la hora de adquirir todos los componentes como a la hora de su instalación, es importante contar con profesionales consolidados, ya que de forma indirecta esta decisión también ayuda en la amortización de la inversión. Cuando mejor sea la calidad de placas y baterías y mejor diseñada y adaptada a tu vivienda esté la instalación, mayor será el beneficio y rendimiento obtendrás. Lo que también repercutirá en la amortización.
Esperamos haberte ayudado a dar ese paso, a favor de un menor consumo energético, que se note no solo en tu factura sino también a favor del cambio climático. Si es así, y necesitas ayuda, solo tienes que ponerte en contacto. En Grupo Solivesa nos encargamos de todo, asesoramiento, instalación y mantenimiento integral.
