Detectores de humo: qué son, cómo funcionan y dónde instalarlos

Los detectores de humo son dispositivos esenciales en cualquier sistema de seguridad contra incendios. Aunque suelen instalarse en lugares públicos, también son muy recomendables en hogares, garajes y almacenes.

Elegir el modelo adecuado es clave, ya que existen diferentes tipos de detectores de humo, cada uno pensado para situaciones específicas. Aquí te explicamos todo lo que necesitas saber.

¿Qué es un detector de humo?

Un detector de humo es un dispositivo electrónico diseñado para detectar humo o calor en el ambiente y activar una alarma sonora. Algunos modelos también están conectados a sistemas de vigilancia, lo que permite notificar una emergencia incluso cuando no estás en casa o en el negocio.

En sistemas más avanzados, el aviso puede llegar directamente a una central de alarmas, que se encarga de verificar el suceso y avisar a los bomberos si es necesario.

¿Cómo funcionan los detectores de humo?

Cada detector tiene un sistema de detección distinto, según el tipo de fuego al que esté expuesto. A continuación, te explicamos los principales tipos de detectores de humo:

1. Detectores ópticos

Utilizan un haz de luz que, al ser interrumpido por el humo, activa la alarma. Existen tres variantes:

  • De rayo infrarrojo: cubren grandes superficies.
  • Puntuales (con luz LED): los más comunes en viviendas.
  • De láser: más sensibles y precisos.

Ideales para incendios con mucho humo y poca llama (por ejemplo, textiles o muebles).

2. Detectores iónicos

Funcionan con aire ionizado en una cámara interna. Cuando el humo entra, altera esa ionización y se genera la alarma. Muy eficaces para incendios de rápida propagación, incluso si el humo no es muy visible.

Recomendados para almacenes, productos químicos o cocinas industriales.

3. Detectores térmicos

No detectan humo, sino incrementos de temperatura. Se activan al superar un umbral determinado. Son útiles en zonas donde el humo tarda en aparecer pero el calor sube rápidamente, como garajes, cocinas o salas de calderas.

4. Detectores por radiación

Detectan la radiación electromagnética generada por ciertas fuentes de calor. Su uso está limitado a contextos industriales muy específicos.

señor colocando el detector de humo en el techo

¿Dónde colocar los detectores de humo?

  • Para garantizar una detección efectiva, deben instalarse en el techo o en la parte alta de las paredes, ya que el humo y el calor ascienden.
  • Un detector óptico puntual cubre hasta 60 m², ideal para habitaciones, salones y pasillos.
  • Coloca detectores cerca de cocinas, zonas de calderas y en cada planta del hogar o negocio.
  • Es importante adaptar la cantidad y tipo de detectores a la distribución del inmueble.

¿Dónde son más necesarios?

Los detectores de humo en casa no son obligatorios en todas las zonas, pero sí altamente recomendables. Aquí algunos lugares prioritarios:

  • Cerca de cocinas y estufas, donde se usa fuego a diario.
  • En salas de estar y dormitorios, para alertar durante la noche.
  • En almacenes o trasteros, especialmente si no están vigilados.
  • En negocios y oficinas, para proteger tanto personas como bienes.

Mantenimiento y recomendaciones

Tener detectores de humo es una medida muy eficaz, siempre que se usen de forma adecuada:

  • Revisa las baterías cada 6 meses.
  • Limpia los sensores regularmente para evitar errores.
  • Evita colocarlos cerca de extractores o zonas con mucho polvo.
  • No instales detectores incorrectos para el tipo de ambiente (por ejemplo, ópticos en cocinas donde pueden activarse por el vapor).
  • Las falsas alarmas continuas pueden llevar al desinterés y a desconectar los dispositivos, lo que representa un grave riesgo.

Conclusión

Instalar alarmas de humo es una inversión en seguridad y tranquilidad. Elegir el detector adecuado, colocarlo en el lugar correcto y mantenerlo en buen estado puede marcar la diferencia en una situación de emergencia.

La prevención salva vidas. No esperes a que ocurra un incendio para actuar.